Cuando el año pasado Facebook anunció su cambio de nombre a Meta y las noticias destacaban el giro que daba la compañía, para muchos era también la primera vez que escuchaban hablar sobre el concepto metaverso. Las marcas, instituciones y otros usuarios digitales más avanzados empezaron rápidamente a preguntarse qué oportunidades podían surgir en un lugar que físicamente no existe.
La traducción literal de metaverso vendría a ser un “universo que va más allá”. En términos prácticos, es un nuevo entorno virtual en el que alguien construye su versión de lo que existe en la realidad, como una ciudad o un espacio conocido por todos, o en su imaginación, como un mundo que físicamente sería imposible.
Si bien el metaverso es aún una tecnología emergente, lo que nos lleva a pensar que no está del todo claro su futuro desarrollo, se pueden avizorar una serie de oportunidades de negocio que se desarrollarán en el corto y medio plazo, con más énfasis si cabe en sectores como el turismo.
En este artículo nos proponemos inspirar a los destinos turísticos a partir de algunos ejemplos de iniciativas pioneras que se están desarrollados en el metaverso.
Influye en la decisión del viajero con una experiencia previa virtual
Imágenes, sonidos, vídeos… y tours virtuales. Parece una evolución lógica porque, el viajero no solo puede ver cómo es un lugar, también puede sentirse allí antes de decidir visitarlo físicamente. Esta posibilidad es perfecta para promocionar lugares icónicos que puedan llamar la atención de viajeros de cualquier lugar del mundo.
Un ejemplo es Zaragoza que para sus fiestas del Pilar permitió que la ofrenda de flores a la virgen fuera de forma virtual. Esta posibilidad empezó durante la pandemia, pero ha continuado con gran éxito de visitantes nacionales e internacionales. Su espacio también ofrece juegos, premios y es posible descubrir los puntos turísticos y culturales de la ciudad.
Convierte la visita en una experiencia turística inmersiva
Ponerse las gafas y entrar en el metaverso gracias a la realidad virtual es meterse de lleno en un nuevo espacio en el que se puede descubrir de todo: museos, exposiciones, parques de atracciones o naturales, monumentos, concierto, cualquier atracción turística puede transformarse en una experiencia inmersiva.
Esto supone una oportunidad para el turismo porque pone a disposición de todo el mundo y de forma única lo que, hasta hora, solo estaba al alcance de quienes visitaban la ciudad. En el metaverso no hay colas ni franjas horarias para visitar un museo ni hay que llevar un código de vestimenta concreto y, además, se evitan las zonas masificadas que molestan a los vecinos.
Un ejemplo es la propuesta de la liga inglesa para recrear el Etihad Stadium y que así los fans del mundo lo puedan visitar, incluso interactuar con los avatares de jugadores profesionales, aunque todavía se está estudiando que pueda retransmitirse un partido por problemas con los derechos televisivos.
Abre tu destino a todo el mundo
Un ejemplo que ilustra esta oportunidad es el plan de Seúl para 2023 en el que se creará una Zona Turística Virtual en la que podrá caminarse por lugares emblemáticos de la ciudad, como el palacio Deoksugung, para que estén accesibles a todo el mundo.
Otro ejemplo es Barbados que considera abrir embajadas en el metaverso, como si se tratase de otro país. ¿Se puede considerar territorio soberano algo que no existe físicamente? El debate está servido porque este ejercicio debe hacerse en los diferentes metaversos que existen, como Decentraland, Somnium Space o SuperWorld.
Por su parte, hay ciudades que se han lanzado a crear sus propios metaversos: Cuenca Land y Benidorm Land son una apuesta más arriesgada al estar diseñados fuera de los que son conocidos y ya tienen habitantes. Su misión es atraer a las generaciones más jóvenes, acostumbrados a estos mundos virtuales, recreando escenarios que les atraigan a ir físicamente a las respectivas ciudades.
Acerca el turismo de negocios
Los salones de eventos y los recintos feriales tienen espacios limitados, el metaverso no: se puede construir a otro tamaño y caben miles de personas sin que tengan de desplazarse hasta allí. El acceso remoto reduce la huella de carbono, además de que resulta más barato para los participantes a un congreso internacional.
Esta posibilidad permite captar a personas que quizá no asistirían porque están demasiado lejos, también para ponentes con disponibilidad más reducida. Y lo mismo puede aplicarse al viaje por ocio porque el metaverso puede atraer a turistas cercanos o de otro continente. Hay que plantearlo siempre desde los dos puntos de vista.
Las posibilidades son infinitas y el metaverso puede convertirse en una herramienta poderosa como complemento al viaje sin substituirlo, porque cuando se tratan de experiencias, afortunadamente, las personas todavía prefieren visitas reales y sentir el placer de estar en un lugar físico, admirando una obra de arte real o degustando un plato típico del destino.